¡Si estás enfermo, no te desesperes!
No te desees la muerte, que sería vergüenza y cobardía.
Soporta la prueba con paciencia, sin olvidar que la enfermedad es el medio mejor para la purificación de nuestro espíritu.
Mucha gente sufre más que tú y sin embargo resiste y lucha con heroísmo...
Haz lo mismo: ¡no te desesperes nunca!
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