Sé humilde.
La vanidad es el peor de los defectos, porque hace que nos engañemos a nosotros mismos.
Si eres muy sabio, siempre habrá alguien más sabio que tú.
Si eres muy fuerte, siempre habrá alguien más fuerte.
Por eso, sé humilde.
¿De qué te glorías?
La vanidad nos quita el sentido de las proporciones, y terminamos volviéndonos ridículos, porque nos engañamos a nosotros mismos.
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