La riqueza
No depende de los dineros que hayas acumulado. El que tiene riquezas y no sabe ayudar al prójimo, es pobre.
El que guarda con avidez los dones recibidos de Dios, es pobre.
El que no sabe decir una palabra de aliento o mostrar una sonrisa que estimule, es pobre.
Pero el que, teniendo poco o absolutamente nada, sabe darse para ayudar al prójimo, ese es rico, inmensamente rico. |