Dotado de una gran inteligencia y de una envidiable capacidad de trabajo, Samuel podría conseguir todo lo que quisiese si no fuera tan inocente y no se dejara manipular. Eso no quiere decir, que sea tonto: él es consciente de su falta de personalidad y aunque hace grandes esfuerzos por imponer su carácter y hacerse respetar, le cuesta mucho. No cree en el amor.