Soñador e imaginativo, Oliverio pierde a veces el contacto con la realidad y apuesta por soluciones e ideas un tanto peregrinas. Sencillo, bueno y muy sincero, no cree en las mentiras piadosas y, a fuerzas de decir siempre lo que piensa, llego a resultar un tanto brusco. Es enamoradizo por naturaleza.