Inmaculada es la alegría personificada. Tiene siempre la sonrisa en los labios y parece como si nada la afectase lo suficiente como para minar su optimismo. Su entusiasmo es contagioso y por eso se convierte enseguida en el centro de atención de toda reunión en la que participe, en el amor tiende a acomodarse y a pensar que su pareja es, sin lugar a dudas, la mejor compañía posible.