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Se sube una señora mayor a un autobús, pero va repleto de gente y no hay lugar para que ella se siente. Nadie le cede un puesto, y al bajarse del autobús , dice muy enojada:
¡ Que barbaridad ¡... ¡ En este autobús no hay caballeros !
Y un borracho se levanta y le dice:
Señora: Sí hay caballeros... Lo que no hay, son asientos.
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