Si alguien que está cerca de ti se queja
de la vida, respóndele con palabras de aliento.
No aumentes el peso de quien se siente
abrumado con el peso de sus problemas.
A quien se lamente de la vida, muéstrale el lado bueno y hermoso que encierra la existencia.
No contribuyas con tus propias lamentaciones a aumentar el desaliento de tu compañero.
Levanta sus ánimos con corazón esperanzado
y con palabras de aliento y entusiasmo.
Posiblemente, éste sea el remedio
que sane su corazón desanimado.