Mantén el buen humor en cualquier circunstancia.
Y trata de mantener vivo el buen humor de todas las personas que te encuentren en la vida.
La alegría es medicina divina.
La tristeza, en cambio, nos hunde en un mar de barro, que salpica y ensucia a los que se nos acercan.
También en los sufrimientos y penas, trata de ser alegre, porque la alegría es la mejor medicina para conseguir la felicidad.
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